Termino el desayuno absorta en la pantalla del ordenador. Una sucesión de imágenes que parecen sacadas de un estreno de acción muestran los difíciles días que está viviendo París, una de las capitales más emblemáticas de Europa. El mundo asiste atónito a la ola de violencia fundamentalista que está sesgando la vida de ciudadanos que hasta hace dos días compartían con todos nosotros los quehaceres cotidianos de la vida.
Los medios se han volcado con las víctimas de la redacción de Charlie Hebdo. No es para menos. De entre las protestas me quedo con los trazos geniales y directos de Ana Juan para la portada del numero de enero de la revista New Yorker. Una torre Eiffel que termina en una punta roja. Blanco, rojo y negro. No se puede decir más con cuatro trazos.
Vivimos en tiempos de crisis. Eso ya nadie no lo duda. Crisis económica, de identidad y de valores. Los escándalos por la corrupción de funcionarios y altos cargos del sector privado y público ya casi no son noticia. Y la contaminación que ahora más nos preocupa no son los gases en la atmósfera sino la corrupción y el nepotismo. El argumento de que siempre ha sido así pero no se tenía acceso a la información me parece cuando menos muy triste. El resultado es una crisis que arrastra ya varios años y de la que estamos todos deseando salir cuanto antes.
Los jóvenes se encuentran en una encrucijada que está desintegrando sus vidas. Unos sobreviven con sueldos ínfimos de trabajos esporádicos que poco o nada tienen que ver con su preparación y expectativas en la vida. Otros lastran los hogares paternos cuando deberían de poder comenzar sus propias vidas. Y algunos buscan oportunidades fuera de sus fronteras, una experiencia enriquecedora que sin embargo desintegra las familias.
Vivimos en un mundo en crisis. Y aunque sé que no está en mi mano arreglarlo lo que sí puedo es aspirar a vivir en paz y armonía para generar alguna onda positiva que se unan a las de todas las gentes de buena voluntad que estos días sienten como yo las heridas de la capital francesa. Por eso desde esta página os invito a sumaros a esta iniciativa y compartir el mensaje claro y rotundo, TODOS CON PARÍS.
Portada de la revista The New Yorker, enero 2015. Solidarité de la diseñadora Ana Juan.
Ha costado demasiado tiempo el conseguir la libertad de expresión para que ahora vengan unos ignorantes de siglos pasados a imponernos su barbarie.
Un Abrazo Concha 🙂 .
By: joaquinsarabia on 12/01/2015
at 17:21
Todos con París.
Ha sido un placer descubrir tu blog.
Saludos.
By: Mina Barrado on 25/01/2015
at 16:16
Y para mí un gran placer que visites mi página. Bienvenida!!!
By: Concha Huerta on 25/01/2015
at 20:13
🙂 ❤
By: Mina Barrado on 26/01/2015
at 19:39