Una guitarra en el Auditorio. Qué bien acopla sus acordes a violines, oboes y violas. Primeros compases del Concierto de Aranjuez. Fuerza y alegría, una doble corriente que atraviesa jardines y palacios castellanos en su camino a Andalucía. El primero de su género. La partitura ágil como una mariposa y ceñida como una verónica del Maestro Rodrigo cumple setenta años. Quizá la partitura más celebrada tras nuestras fronteras.
Cierro los ojos y me envuelvo en el ritmo trepidante de sus dos primeros temas, el ritmo de mis quince años. Los sacrificios reservando cada peseta para conseguir un sueño. Una guitarra española. Las tardes henchidas de cuerdas rasgadas para desvelar sus secretos, los acordes acompañando al coro de la parroquia cada sábado. Un deseo abandonado hoy al fondo de un maletero.
A mi izquierda, una madre canturrea el Adagio. Tras los cristales se le resbalan dos lágrimas. Una por la infancia perdida hace décadas en tierras gaditanas, otra por sentir el aliento de una hija que construyó su hogar tras el océano. Una hija que sigue los latidos de cada compas a golpes de muñeca, grabados en su corazón tras meses compartiendo el esfuerzo titánico de un hijo al adaptar el Concierto de Aranjuez a los instrumentos de la escuela.
A mi derecha, una hija admira con pupilas de azabache el revoloteo imposible de yemas y cuerdas. Las manos extraordinarias del joven que a sus treinta años conquista continentes abrazado a una guitarra. La orquestación final del Allegro envuelve al Auditorio en una danza sensual y nostálgica que culmina con entusiasmo el sueño del Maestro Rodrigo. Transmutar en música el sabor y los colores de su tierra elevando la guitarra al Olimpo del clasicismo.
Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo. The Israel Camerata Jerusalem. Dirección, Avner Biron. Solista, Pablo Sainz Villegas (guitarra). Auditorio Nacional de Música. Madrid.
La belleza de la música une a las personas, se introduce en ellas hasta lo más íntimo y allí se fragmenta en emociones dispares.
Un saludo,
By: annefatosme on 22/10/2010
at 9:42
Que bien resumes la esencia de este texto. Una maravilla de lectura. Un saludo
By: Concha Huerta on 22/10/2010
at 14:31
Desafortunadamente la guitarra de concierto no se valora en España cómo se merece. Un instrumento, de entrada tan nuestro, y que admás tiene un sonido especial reconocido en prácticamente todo el mundo.
Personalmente tengo una especial relación con la guitarra, por influencia familiar y por haberla conocido desde siempre, cueriosamente empecé a valorarla con Julian Bream, allá en la Inglaterra de los años setenta.
Una crónica perfecta y emotiva la que nos dejas Concha. Gracias.
Saludos.
By: Ernesto on 22/10/2010
at 10:17
Cuanto me alegra haberte acercado recuerdos con este instrumento tan noble y bello. Gracias por compartir con nosotros esos tiempos de antaño. Un saludo
By: Concha Huerta on 22/10/2010
at 14:34
A música. sobretudo quando em concerto, tem esse duplo encanto. È a sua beleza intrínseca e o cortejo de memórias que revivemos ao ouvi-la. Como se ao DVD da recordação lhe emprestasses a perfeita musica de fundo.
By: xico on 22/10/2010
at 11:18
La sala de conciertos como un templo de música, siempre me incita a la oración y el recuerdo. Que menos que compartirlo con quien sabe apreciarlo. Un saludo
By: Concha Huerta on 22/10/2010
at 14:36
Mientras escucho esta maravillosa pieza, pienso en cuántas guitarras españolas llenaron los viajes de los conquistadores por estas tierras de locura y desolación. Cuántas de ellas permanecieron en los lugares donde pudieron detenerse y hacerse parte de un cultura que le era ajena y que les aceptó, hasta lograr la completa amalgama.
Un lindo regalo para esta primavera, en esta latitud, que se acerca luminosa y florida
Un abrazo
By: chrieseli on 22/10/2010
at 15:59
Como lindas son tus palabras que han traído la primavera a este otoño madrileño. Un saludo
By: Concha Huerta on 23/10/2010
at 14:23
Preciosa la narración del concierto. Me gusta observar a las personas mientras tocan las orquestas, en el ambiente se siente la comunión de almas, a pesar de cada una se encuentre en su propia vorágine de emociones y recuerdos, todas están comulgando en un punto. Es un momento mágico y único que describís muy bien con esta narración emotiva. Saludos!
By: Claudia Ibañez on 24/10/2010
at 15:25
Siempre me ha llamado la atención que sentirán aquellos rostros congelados en un concierto. Un saludo
By: Concha Huerta on 24/10/2010
at 17:31