Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
1982. El reo 466/64 de la prisión de Robben Island arranca cal a la tierra con sus manos de ébano, como cada jornada los últimos dieciocho años. Al atardecer extiende el torso castigado sobre una esterilla de paja mientras su mente emprende el vuelo y sueña. Sueña en conquistar al enemigo de su tierra.
1994. Nelson Mandela es elegido el primer presidente de la democracia surafricana. Mandela. Símbolo de la lucha contra el apartheid, que alcanza el poder con armas nuevas, integridad, generosidad, grandeza de espíritu. Mandela. El Nobel de la paz, el Príncipe de Asturias, el Embajador de la Conciencia. En el ocaso de la lejana Memphis, Morgan Freeman se mira en el espejo y sueña. Sueña encarnarse en Madiba, el estadista de Qunu. Sueña encontrar una historia capaz de plasmar la fuerza y carisma de este líder único.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
1995. En el palacio de Pretoria, el presidente se encuentra un país dividido tras cincuenta años de odio. Los oprimidos claman venganza, los afrikáners recelan. De poco sirven las urnas en un país sumido en el caos y amenazado por el fantasma de la guerra civil. Mandela necesita un milagro. El deporte le mostrará el camino.
En 2008 el periodista John Carlin publica Playing the enemiy (El Factor Humano), que desvela las claves de la unificación de Suráfrica en torno a Mandela y el rugby. Tras quince años Freeman ya tiene su historia, ahora necesita un equipo de la talla del Nobel. No lo duda. Clint Eastwood, el director que le tendió el Oscar por Million Dollar Baby y Matt Damon, el joven actor también oscarizado para darle réplica. El resultado, Invictus. Un pedazo de historia. La celebración de los veinte primeros años de la nueva Suráfrica.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
1995. El mundial de rugby se disputa por primera vez en Suráfrica. La oportunidad del líder. El rugby era el símbolo de la división racial, el deporte afrikáner por excelencia. La genialidad de Mandela será apoyar y promover a los springboks, un equipo desmoralizado y sin líderes. Contra todo pronóstico, la selección Surafricana se clasifica para la final contra el equipo favorito, los All Blacks de Nueva Zelanda.
23 de junio. Víspera de la final de la Copa del Mundo. Francois Pienaar (Matt Damon), capitán de la selección surafricana, sueña con la victoria. Pero no se hace ilusiones. Su rival es de una supremacía arrolladora. Morgan Freeman transmutado en “Madiba Magic” le entrega una nota. Las palabras que ayudaron a Mandela a superar 9.000 días de encierro. Invictus, el poema de Willian Ernest Henley, un canto a la superación frente a la enfermedad y la muerte.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma
24 de junio de 1995. El estadio Ellis Park será testigo del milagro. Minutos antes de comenzar el partido, el presidente Mandela sale a saludar a los jugadores vistiendo la camiseta de los springboks con el número 6 del capitán Pienaar. El equipo surafricano jugará por Mandela. Y tras la prórroga, la Victoria. Una victoria que fundió en un abrazo a blancos y negros. El sueño de Martin Luther King. El sueño de Mandela.
Invictus. Dirigida por Clint Eastwood. Con Morgan Freeman y Matt Damon. USA 2009. En salas desde el 5 de febrero de 2010.
«INVICTUS»
Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul. –
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed. –
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul.
Sabía de que trataba la historia, pero no conocía el poema. Gracias por compartirlo. Saludos!
By: MX on 12/02/2010
at 14:48
Es un poema inspirador y bellísimo. Yo tampoco lo que conocido hasta ver la película. Gracias Mandela
By: Concha Huerta on 12/02/2010
at 15:03
Ajeno a los análisis de la peli como tal, creo que la figura de Mandela es de aquellas que demuestran SIN LUGAR A DUDAS la verdadera grandeza del espíritu humano.
Sobreponerse a 9000 noches de prisión en un estado que no tenía ni la más mínima intención de cambiar es algo realmente inspirador, tanto como las hermosas palabras de William E. Henley.
Gracias desde el corazón
By: chrieseli on 12/02/2010
at 20:44
El valor de la película para mí es sobre todo de documento capaz de llegar a personas y generaciones que nada o poco saben de estos hechos narrados impecablemente por Eastwood. Y descubrir textos capaces de inspirar a estos gigantes de la humanidad me entusiasma. Que suerte poder ser una gota en el oceano de la literatura.
Gracias, compañera.
By: Concha Huerta on 12/02/2010
at 21:04
Como muy bien reflejas en tu texto, Mandela es capitán no solamente de su alma sino también de su vida y destino. Todo un ejemplo de un ser humano capaz de ver más allá de su sufrimiento.
Saludos
By: annefatosme on 13/02/2010
at 10:59
Ya podian clonarle o implantar sus céculas al puñado de líderes que nos hacen la vida imposible. Una pena. Por lo menos que la película sirva de recuerdo para remover conciencias.
Un saludo
By: Concha Huerta on 13/02/2010
at 12:43
Obrigada Concha por toda sua alma……
Esta e’ a melhor mensagem quese pode dar a esta geracao.
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul. …
Beth.
By: RAB on 13/02/2010
at 12:49
Y a ti por visitarme siempre tan animada
By: Concha Huerta on 13/02/2010
at 12:53
Estupendo articulo, la embajada sudafricana nos invito a la premier aca en lisboa, yo estaba en argentina pero john fue con su banda de springboks supporters, fue muy emocionante para ellos! El miedo de muchos es Cuando no este mas Mandela….?
Rox
By: RAB on 13/02/2010
at 12:50
Que suerte. debio de ser toda una celebración. Ya me contareis.
Un saludo
By: Concha Huerta on 13/02/2010
at 12:53
En el Times on line de hoy hay un articulo de W.F de Klerk muy interesante, y aun mas nteresantes son los comentarios de lectores! bjs
Rox
By: RAB on 13/02/2010
at 12:50
Muy bueno. Lo copio para quien le interese.
Un saludo
http://www.timesonline.co.uk/tol/comment/columnists/guest_contributors/article7025655.ece
By: Concha Huerta on 13/02/2010
at 13:00
Muy interesante tu manera de entresacar los hechos más importantes. Buen poema y una reflexión sobre la posibilidad de que la gente sea capaz de olvidar el color y ver al hombre.
Salut
By: micromios on 13/02/2010
at 23:10
Estoy totalmente de acuerdo contigo. La grandeza de Mandela no tiene raza ni colores. Es secillamente un gran Hombre.
Un saludo
By: Concha Huerta on 13/02/2010
at 23:33
[…] translated from Spanish 9.000 sueños by M. da […]
By: 9.000 dreams « Concha Huerta – Arte y cultura on 14/02/2010
at 19:06
Puramente como filme direi que C. Eastwwod não sabe fazer mal e é um belo espectaculo. Estamos perante uma grande mensagem, não perante uma grande obra de cinema.
Esperemos que o exemplo deste Homem faça esquecer o racismo (não apenas mudar lhe o sentido…). Já é tempo de passarmos da inacção do sentimento de culpa para a ajuda activa. E ajudar é pôr aqueles povos a trabalhar para si próprios, nos seus países.`É dar-llhes mais escolas e universidades e menos armas e dinheiro «escuro».
PS; pena é isto ir contra os interesses de muitos grupos económicos e diferentes correntes políticas, quer de direita quer de esquerda.
By: xico on 15/02/2010
at 17:00
Alabo la inteligencia de Clint Eastwood al apartar su creatividad y dar protagonismo a esta historia tan importante. Para mi una pelicula con una gran historia, es mucho mas que la mayoría de las peliculas que llenan las pantallas de efectos especiales y violencia. La gran pregunta de Surafrica ahora es que pasara cuando ya no este Mandela para inspìrarles. Espero que Invistus sirva de documento para las generaciones futuras.
Un saludo
By: Concha Huerta on 15/02/2010
at 17:34
È sem dúvida mais importante a mensagem de INVICTUS, mas aquece-me muito mais a alma GRAND TORINO. Contar bem uma historia real e exemplar (no sentido ético ) é muito importante. Criar bem uma história humana mas ficcional e transformá-la em Cinema ( com letra grande ) confesso que me emociona mais ( paciencia, sou assim…)
By: xico on 15/02/2010
at 18:56
Tienes razón. Creo que la clave de una buena película es la capacidad que tiene de emocionarnos. Unas veces por la excelencia en la recreación de una parte de la historia que parece ficción. Otras, las más, por transformar una ficción en algo que sentimos como real.
Un saludo
By: Concha Huerta on 15/02/2010
at 19:23
Bueno, he tardado algo pero por fin llega el comentario nº20. Enorme Invictus. La clase de película que emociona y hace brotar lágrimas de orgullo y rabia a partes iguales. Fantástico Morgan Freeman, aunque ya era de esperar ;D
By: M. da Silva on 21/02/2010
at 21:09
Me alegro de quete haya emocionado tanto. Un saludo
By: Concha Huerta on 21/02/2010
at 21:38
[…] agradece el apoyo a seguidores y familia en el día que su patria celebra el aniversario de Nelson Mandela y el Open 150 años. El mejor regalo […]
By: Vientos de St. Andrews « Concha Huerta – Arte y cultura on 23/07/2010
at 10:09