12.30. El cuarto recogido, las sábanas abiertas. Me acerco a la ventana para bajar la persiana y encuentro un resplandor que exuda luz tamizada, un pedazo de luna de otoño. Me siento en el alfeizar hechizada. La esfera reluciente se alza e ilumina azoteas y acacias. Su rostro cargado de melancolía parece emitir un quejido mudo.
Voces en la calle. Desde mi posición veo la coronilla de una peluca descuidada y un torso envuelto en una minifalda y un top mínimos, sobre el motor de una ranchera. La figura se incorpora de un salto sobre tacones de vértigo y se acerca a un conductor que reduce marcha. Al desaparecer le increpa con una voz grave que resuena quebrando el silencio de la noche. Luego vuelve al capó y revisa una pantalla con destellos fluorescentes. A su lado una luna de piel blanca con iniciales de marca brilla bajo la farola.
Alzo la mirada. La luna se esconde tras un torreón fantasma en su recorrido nocturno. Qué diferente esta luna de la que disfruté sobre el estuario del Tajo hace cuatro semanas. Cierro la ventana y me doy cuenta de que desde que llegué a Madrid no he tenido tiempo de contemplar el cielo. Maletas, facturas, encargos, comidas, visitas. Duerno a intervalos. Me cuesta aclimatarme a la sequedad y a los ruidos del piso. A las tres me levanto a por agua y encuentro a la luna de otoño aprisionada entre los barrotes de la ventana.
Nueva York con luna. Georgia O’Keeffe. 1925
Qué bien te entiendo en esta entrada:
http://jofz.blogspot.com/2010/09/ventana-lunar-una-ventana-para-catia.html
By: Juanjo Fernández on 28/09/2010
at 9:50
eEra que somos pájaros encerrados en jaulas levantadas con muros y ventanas… Saludos
By: Concha Huerta on 28/09/2010
at 10:05
Un texto precioso Concha, rebosante de poesía y de una melancolía muy otoñal.
Un abrazo,
PS. el cuadro es precioso.
By: annefatosme on 28/09/2010
at 13:36
La melancolía de una campesina confinada entre cuatro paredes. El cuadro de O’Keeffe se parece mucho a la luna que encontré en mi ventana. Una gran pintora. Una luna aprisionada entre edificios de una gran ciudad.Me alegra que te guste.
By: Concha Huerta on 28/09/2010
at 19:37
Un hermoso recuerdo para reencontrarnos con el otoño.
Que te sea leve la aclimatación. Hemos disfrutado de tus viajes, y yo sobretodo he aprendido mucho.
Salut
By: micromios on 28/09/2010
at 13:58
Carreras, trabajos, unas décimas. El cuerpo se resiste a abandonar el paraíso marítimo. Sera porque soy un signo de agua. Un saludo
By: Concha Huerta on 28/09/2010
at 19:41
La magia de la luna acrecentada por la del otoño. Es cierto que en la ciudad se mira poco al cielo, y es algo fundamental y necesario. En la noche avanzada, cuando reina el silencio, contmplar la luna llena es toda una experiencia.
Saludos urbanos.
By: Ernesto on 28/09/2010
at 16:29
Tan precioso el cuadro como tu texto Concha…en el fondo una siempre añora las tierras que la hacen sentir libre, pero ya con un poco más de tiempo, con tu buen gusto sabrás encontrarle lo bueno a la ciudad hasta el próximo viaje…y siempre esperamos que compartas con nosotros ya que disfrutamos y aprendemos de tu mano. Un abrazo!
By: Claudia Ibañez on 28/09/2010
at 21:16
Es que el espíritu se revela cuando se le confina entre barrotes de cemento. La ciudad tiene su encanto, las gentes, los barrios, la vida cultural… Pero casi no se puede ver el cielo. Un saludo
By: Concha Huerta on 29/09/2010
at 9:08
Concha, llevó un tiempo leyéndote desde el correo ya que no podía entrar a WP, pero por alguna razón suceden las cosas, no podía comentar porque este post tal vez, me hace sentir que debo hacerlo. CUriosamente cuando nos escapamos, por diversas razones, del día a día de nuestras vidas, y luego nos toca volver vemos la realidad, cuesta tanto encajarnos. Pero creo que siempre, siempre, volvemos un poco más humanos.
Un abrazo y es un placer leer tu narrativa ya sea como crónica o reflexión.
By: Patricia Gomez on 28/09/2010
at 21:21
Me alegra mucho tu comentario. Al menos volvemos mirando las cosas con otra perspectiva. Te has fijado en cuanta gente que te cruzas por las calles alza la mirada a las nubes… Ninguna. Saludos
By: Concha Huerta on 29/09/2010
at 9:10
Sí Concha, muchas veces, caminamos inconscientes de la grandeza que nos rodea, incluso el dolor. Un abrazo.
By: Patricia Gomez on 29/09/2010
at 13:44
¡¡¡Precioso texto!!!! Me encanta, lo he leído tres veces y me sigue embrujando, como la luna. Gracias.
By: M on 29/09/2010
at 0:53
Gracias, gracias,gracias. Que alegría despertar tanto entusiasmo. Gracias otra vez.
By: Concha Huerta on 29/09/2010
at 9:11
El paseo por el parque, como los niños, pateando las primeras hojarascas, un banco de madera libre de ancianos alimentando palomas, esos bichos que ahora son tan repulsivos e infecciosos, pero que hacen una loable función social con la tercera edad que no puede o quiere ir a hacer el ridículo a Benidorm, algo que deberíamos hacer nosotros por ellos (Una alegoría con los sin papeles que hacen de asistentes sin formación en casa de abuelos sin nietos), esos animales alados que simbolizaban la paz y hoy significan la enfermedad, y con todo son la única compañía de nuestros mayores.
Y retomando el hilo (Me pierde la verborrea escrita) Me siento para leer poesía, rodeado, visto con mis mejores intenciones, de jóvenes amantes en busca del primer beso.
El otoño, resumiendo, para mi es eso, nostalgia, versos y reflexión.
Ocurre que en ocasiones esta visión se ve enturbiada por la realidad de estos tiempos tan difíciles para la lírica.
Un abrazo otoñal y mil disculpas por no pasar más a menudo por tu casa.
Edu
By: eduard on 29/09/2010
at 9:06
Nostalgia, versos, reflexión… Un resumen perfecto del espíritu que nos inunda en Otoño. Tu al menos paseas por el parque y observas la naturaleza… enhorabuena. Y una grata sorpresa este comentario tuyo. Siempre enriqueces con tus reflexiones mis letras. Un saludo
By: Concha Huerta on 29/09/2010
at 9:15
La resaca del verano escrita desde la cruda realidad del otoño visto por la ventana de la ciudad. La vista de la luna desde una ventana no tiene comparación, pues despierta los anhelos más internos. saludos
By: minicarver on 29/09/2010
at 15:57
Bueno pero al menos esta la vimos. Cuantas lunas pasan por el cielo de las ciudades sin que nos demos cuenta. Un saludo
By: Concha Huerta on 29/09/2010
at 22:52
Necesito imperiosamente tu permiso para usar el primer párrafo de tu texto. Es justo lo que quiero, para una historia que ha venido a mis sueños algunas veces esta semana. Dime que sí, te lo ruego.
Un abrazo
By: chrieseli on 29/09/2010
at 18:00
Claro que te presto este párrafo. Cuidalo mucho y sorprendemos. Un saludo
Concha
By: Concha Huerta on 29/09/2010
at 18:05
Queda en buenas y cariñosas manos, no temas. Mil gracias y un abrazo inmenso.
By: chrieseli on 29/09/2010
at 18:33
Una historia fantástica. Cuanto me alegra haberte ayudado a arrancar esta historia tan intensa. Un saludo
By: Concha Huerta on 29/09/2010
at 22:59
que buenas cosas saca el otoño!
un abrazo,
By: g. on 30/09/2010
at 0:26
Nostalgia, recogimiento, inspiración para las letras. Un saludo.
By: Concha Huerta on 30/09/2010
at 13:09
bonito, sugerente.
By: jordi M. Novas on 30/09/2010
at 1:24
Justo lo que pretendía con este texto. Gracias y bienvenido a mis letras.
By: Concha Huerta on 30/09/2010
at 13:10
Te deje un comentario el otro día pero no se que ha pasado que no se ha publicado, me lo habrán mandado a spam, así que ahí va otro.
Se mira poco el cielo en las ciudades, y es una pena, cierto que las estrellas no se logran apreciar en toda su intensidad, pero la luna, esa luna llena, es un placer contemplarla en las noches despejadas, en las horas que reina el silencio y dejarnos transportar a otros lugares, a otros momentos.
Un saludo, Concha.
By: Ernesto on 30/09/2010
at 11:09
Problemas de la informática. Respecto al cielo en las ciudades parece que las prisas del día a día nos hinchan el orgullo de ser una raza superior y quizá por ello nos desentendemos de las alturas siempre presentes en la vida campesina. Pero siempre nos queda la Luna. Blanca, majestuosa, melancólica..
By: Concha Huerta on 30/09/2010
at 13:20
Ir à janela em Madrid não é ir à janela em Cascais. Em Cascais a lua deslizará pelo céu. Em Madrid ela ficará » aprisionada entre los barrotes de la ventana».
Talvez seja o outono a levar-te à janela no meio da noite, mas a visão que se tem das coisas depende do ponto de onde as olhamos. O sentimento de liberdade tem muito a ver com a dimensão do espaço em que nos movemos. A grande cidade sem mar , pesa-nos…
Um abraço
By: xico on 30/09/2010
at 17:55
La gran ciudad sin mar y sin los amigos que tanto apreciamos que quedaron junto al mar. Un saludo
By: Concha Huerta on 30/09/2010
at 18:07
Y muchísimas gracias por tu traducción del post de Nadal. No sabes lo que aprecio tu esfuerzo desinteresado.Hoy mismo la cuelgo
By: Concha Huerta on 01/10/2010
at 9:55
Un texto que describe con peculiar manera de decir la soledad, la prisión y la velocidad minutaria de las grandes ciudades. En verdad la Luna no es culpable… esquisito un abrazo Rub
By: rubengarcia on 01/10/2010
at 17:43
La soberbia de las grandes ciudades intenta engullir la belleza inconmensurable de la naturaleza, la luna llena que ha fascinado a los hombres desde el principio de los tiempos. Un saludo
By: Concha Huerta on 01/10/2010
at 17:48