He pasado el fin de semana disfrutando de la lectura de la última novela de Patrick Modiano, La Hierba de las noches, un viaje a un París muy personal construido a base de recuerdos anotados en una libreta negra. Modiano vuelve a bordar un género que él mismo ha creado y por el que ha recibido el Nobel de Literatura el año pasado, la autoficción poético-policial.
Pues no lo soñé. A veces me sorprendo diciendo esta frase por la calle, como si oyese la voz de otro. Una voz sin matices. Nombres que me vuelven a la cabeza, algunos rostros, algunos detalles. Y nadie ya con quien hablar con ellos.
Jean, alter ego de Modiano, recorre las calles de París en busca de los lugares que frecuentó en su juventud en compañía de una misteriosa Dannie. Una joven con la que compartió unos meses intensos de su vida y que desapareció sin dejar rastro. Ayudado por las notas que conserva de la época, va recorriendo uno a uno los lugares donde transcurrieron los hechos mientras reconstruye una historia que solo el tiempo ha podido ir dibujando.
Nunca he vuelto a ver a ninguna de las personas cuyos nombres constan en las páginas de esta libreta negra. Su presencia fue fugitiva e incluso corría el riesgo de olvidar los nombres. Simples encuentros que no sabemos si son fruto del azar.
Disfruto de la prosa de Modiano, elegante y bella que dibuja una línea delicada entre el pasado y el presente, la realidad y el sueño buceando en sus propios recuerdos. El París de Modiano es una ciudad literaria con barrios minuciosamente descritos que forman parte de una historia reciente, los años sesenta, que se ha desvanecido hasta hacerse irreconocible.
Esta tarde, estamos en el presente, llueve; las personas y las cosas están ahogadas en la grisura y espero con impaciencia la noche, cuando todo destacará de forma clara precisamente por los contrastes de la sombra y de la luz. (Extractos de La hierba de las noches. Patrick Modiano)
La hierba de las noches. Patrick Modiano. Traducción de María Teresa Gallego Urrutia. Ed. Anagrama. Barcelona 2014. 166 págs.
La prosa es ciertamente bella. No he leído aún a este autor.
By: zambullida on 23/05/2015
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