Posteado por: Concha Huerta | 04/11/2013

Camus, 100 años.

Camus, 100 años.  Celebramos el primer centenario del Extranjero en su tierra, aquel francés nacido en Argelia que revolucionó las letras galas, Premio Nobel de literatura, un maestro de las palabras. Vuelvo a leer algunos textos de sus obras completas, El Extranjero, La Peste, que me acompañan en los días grises en que la desazón me desborda el alma.

Sus palabras sobrevuelan en mi mente entre océanos y estepas de África, el continente que acogió las miserias de su infancia. El Primer Hombre. La novela inacabada que acompañó a Camus en su último viaje, interrumpido trágicamente por un tronco obstinado al fondo de una curva. Camus el hombre, el filósofo, el periodista, el dramaturgo y sobre todo, el novelista.

Imagino al niño Albert correteando por las calles polvorientas de Argel, la ciudad que les acogió cuando perdió a su padre en la Gran Guerra. A su madre Catalina atrapada en la supervivencia y en silencio de la sordera, enseñándole frases en español y catalán, recuerdos de otras tierras.  Y Albert en la escuela escribiendo y leyendo con el ímpetu de quien descubre un mundo nuevo, su madre era analfabeta, alentado por un segundo padre que le abrió las puertas a la literatura. Gracias, profesor Germain, por rescatar a este niño de un destino de pobreza.

Y cito solo el primer párrafo de El primer Hombre, uno de los más bellos de la literatura, donde transforma una gota de agua en una metáfora de su propia vida, una vida consagrada a las letras que  comenzó aquel noviembre de 1913 en una pequeña aldea de Argelia y que hoy celebramos con admiración y alegría.

En lo alto, sobre la carreta que rodaba por un camino pedregoso, unas nubes grandes y espesas corrían hacia el este, en el crepúsculo. Tres días antes, se habían hinchado sobre el Atlántico, habían esperado el viento del oeste y se habían puesto en marcha, primero lentamente y después cada vez más rápido, habían sobrevolado las aguas fosforescentes del otoño encaminándose  directamente hacía el continente, deshilachándose en las crestas marroquíes, rehaciendo sus rebaños en las altas mesetas de Argelia, y ahora, al acercarse a la frontera tunecina, trataban de llegar al mar Tirreno para perderse en él. Después de una carrera de miles de kilómetros por encima de esta suerte de isla inmensa, defendida al norte por el mar moviente y al sur por las olas inamovibles de las arenas, pasando por encima de esos países sin nombre apenas más rápido de lo que durante milenios habían pasado los imperios y los pueblos su impulso se extenuaba y algunas se fundían ya en grandes  y escasas gotas de lluvia que empezaban a resonar en la capota de lona que cubría a los cuatro pasajeros.  (Albert Camus. «El primer hombre«)

alber camusAlbert Camus. Mondovi, Argelia, 7 de noviembre de 1913 – Villeblevin, Francia,  4 enero 1960.


Respuestas

  1. Has elegido un pasaje precioso, la fuerza descriptiva de un paisaje para contarlo casi todo. Gracias Concha.
    Un fuerte abrazo.

    • Hola Anne,bien venida de vuelta. El pasaje lo descubrimos juntas en el curso, en la clase de novela, te acuerdas? Un abrazo

  2. ¿Cuántos niños escritores se perderán?¿y cuantos científicos, arquitectos, cocineros……….?.
    Debemos pensar en ello, Camus fue rescatado y nos maravillo.
    Gracias por el post.
    Un Abrazo Concha 🙂 .

    • Y es que la clave de nuestro futuro esta en la infancia y en la capacidad de los niños de imaginar futuros nuevos. Esperemos que no se nos olvide… Un saludo

  3. Concha
    Pouco a pouco volto, depois de uns seis meses de deserto (ou talvez chuva…) com esperança de que tudo esteja no bom caminho. E volto também pela admiração que tenho por Camus ( um homem tão feito de dentro para fora !),que sempre tive, O homem que sempre disse que Sartre de facto só via com um olho…
    «Noces» é imperdível, é de uma poesia que rasga…
    Um abraço

    • Xico, qué alegría reencontrarte en esta página. Que bien defines la esencia de Camus, un hombre de dentro hacia fuera y curiosa la anécdota de que Sartre solo veía por un ojo. Será por aquella famosa discusión que tuvieron cuando Camus criticó los crímenes de la Rusia de los cincuenta.
      Me llena de alegría que estés de vuelta…
      Un fuerte abrazo

  4. Siempre me acordaré de la primera frase de el extranjero; «Aujoud’hui ma mère est mort.» Me sirvió para aprender francés. Una excusa para descubrir a un escritor contundente, sobrio y del norte de África. Todo un cóctel para saborear.
    Un beso, Concha.

  5. Volver a leer su obra, el mejor homenaje. Un gran fragmento has seleccionado. Saludos


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