Posteado por: Concha Huerta | 27/04/2010

Naturalezas pintadas

Domingo por la mañana. Madrid engalanada de tulipanes amarillos y blancos. El Paseo del Prado reluce bajo el sol de verano anticipado.  Paseo cámara en mano por las calzadas vacías de coches. Antes de la plaza de Neptuno, entro en el palacio de Villahermosa y subo a la planta tercera en busca de los lienzos de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza que he descubierto en las conferencias que el museo organiza los sábados de esta primavera.

A la izquierda, La Piazza Navona  de Vanvitelli, holandés enamorado de la ciudad eterna. Un lienzo luminoso y panorámico, que recoge la vida cotidiana de la plaza renovada por Innozenzo X. A Vanvitelli no le interesaban las ruinas de Roma sino la vitalidad de la ciudad moderna, en palabras de Mar Borobia, conservadora del museo. Me acerco a comprobar en detalle la cúpula de Santa Inés, las verjas de los palacios, las capas de los paseantes, la majestuosa Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini. Una instantánea que celebra con tonos cálidos y contraluces la Roma del dieciocho.

Vanvitelli. Piazza Navona, Roma. 1699

A la derecha,  La soledad de Corot, uno de mis cuadros favoritos.  Un atardecer lleno de brumas frente a un lago y en el centro un tronco centenario sobre el que se apoya una ninfa con una lira. Ninfa o campesina. La visión de Corot es imaginaria, nos desvela Juan Angel Lopez-Manzanares, la representación pastoral de un paisaje idílico. A Corot se le aparecía Italia entre las nieblas de Francia. El cuadro conmueve por su pincelada velada que esconde la tristeza de una perdida. Una pincelada guiada por el sentido que anticipa el impresionismo.

Camille Corot. La Soledad. Recuerdo de Vigen. Lemosín. 1866

Al fondo, La exclusa de Constable. Una barca espera bajo un olmo a que las aguas del rio se nivelen para seguir la corriente, cerca del molino donde el Constable niño se apasionó por la naturaleza. Una naturaleza en la que, según Guillermo Solana, director artístico del museo, el paisajista británico encuentra el sentido a la pintura. Me acerco y observo las briznas de hierba, la espuma del agua que se eleva, el detalle de las hojas y la tensión en los brazos del operario manipulando la compuerta. El lienzo transmite un sentimiento épico, el esfuerzo del hombre en mejorar la naturaleza, la utopía de Constable.

John Constable. La esclusa. 1824

A la salida me sorprende la luz en las fachadas neoclásicas del paseo del Prado. Por un momento me parece reconocer algún balcón del palacio Panfili. En el bulevar, la  fuente de Carlos III, el rey que modernizó la corte, con sus tonos ocres y brillantes. A los lados, parterres de hierba y arbustos salpican el mediodía de verdes de la campiña británica. Una pareja se funde en un abrazo bajo la sombra de un abeto. La misma sombra que anhelaba Corot en sus recuerdos. El Paseo, abandonado de coches, realza los árboles centenarios que la baronesa Thyssen rescató de un destino incierto. Como rescató estos paisajes únicos de la pinacotecas europeas para acercarlos a las gentes de su tierra.

Foto: C. Huerta

Ciclo de conferencias, Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Sábados abril y mayo 2010. Museo Thyssen- Bornemisza.


Respuestas

  1. Otra vez las gracias por compartir!(ya no seré tan reiterativa, prometo). Me fascinó el cuadro de Vanvitelli, nunca lo había visto. En verdad parece una «fotografía de la plaza en esa época». Es el que más me impresionó. Último detalle: decime que les hiciste «fotoshop» a esos tulipanes, que no son del todo reales (ja,ja), una linda envidia ese paseo, nunca vi tulipanes tan grandes a no ser en fotos de cultivos en Holanda. Un abrazo!

  2. Despues de tanta lluvia salio el sol en madrid y los tulipanes se desbocaron. Las fotos son reales te lo aseguro. Me alegro que hayas conocido a un nuevo paisajista barroco. Un saludo

  3. Dime qué tiene el barroco que nos hace hundirnos en sueños luminosos.
    Tanto las pinturas, como la música barroca tienen ese qué se yo, que transforma y como tus tulipanes madrileños, se aloca con la humedad de sus creaciones.
    Un abrazo

    • Quiza sea la última época en que el hombre ansiaba elevar el espiritu. Por eso sus catedrales y pinceles rozan los cielos y su música ansia reencontrarse con el Creador. despues el Hombre se volvio racionalista y se erigio en centro del Universo. Asi nos va.
      Un saludo

  4. Las palabras que no lograba encontrar para describir, La soledad de Corot, las encuentro aquí en tu blog. Gracias Concha, es muy enervante no poder expresar lo que una siente! Problema solucionado.
    Saludos,
    PS: Concha no ha retocado los tulipanes, después de tanta lluvia lucen así de hermosos!

    • La verdad es que la frase «A Corot se le aparecía Italia entre las nieblas de Francia» de un crítico de la épona me ha cautivado. Creo que expresa muy bien ese sentimiento que embarga ante sus cuadros.
      Un saludo

  5. Con el tiempo y los adelantos en el mundo de la ilustración y la fotografía, me he visto obligado a deshacerme de varias enciclopedias de pintura. La explicación es la siguiente: La fotografía de los lienzos y obras no era jamás fiel a la realidad, aunque hoy por hoy, siendo mejor la impresión, tampoco apreciaríamos el verdadero pigmento, pues el alto rango dinámico con el cual se imprime, la calidad de las fotografías da una imagen, aunque mejorada, falsa.
    De todas todas, mejor verlas que no verlas, y uno no puede visitar todos los museos del mundo.
    Son los pros y los contras de la era digital.

    Buena composición fotográfica.

    • Totalmente de acuerdo contigo. Las imágenes no describen la grandiosidad de estos paisajes únicos. Son lienzos de gran formato que impresionan por el detalle de sus pinceles y el sentimiento que transmiten. Fui a verlos despues de las conferencias y consiguieron emocionarme. Una maravilla que al menos esten a disposición del público y no en el salón de un palacio.
      Un saludo

  6. Fantástico paseo por Madrid en una ocasión en que naturaleza y cultura se dan la mano: impagables los tulipanes; La Soledad, de Camille Corot, impresionante. Un placer.

    • El verano se ha colado en la villa. Inevitables los paseos y las imagenes de flores y plantas estalladas tras un invierno humedo y frio. Inevitables las imágenes de paisajes naturales del Thyssen.
      un saludo

  7. Me alegro que te estén gustando las conferencias del ciclo de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. La verdad es que hasta que uno no se pone a estudiar los cuadro no se figura la cantidad de historias que esconden.

    He visto tu blog y me ha gustado sobre todo como has proyectado las obras de Vanvitelli, Constable y Corot en tu experiencia de viandante por el Paseo del Prado.

    Gracias por tu interés. Un fuerte abrazo,

    Juan Angel

    • Gracias Juan Angel por tus palabras. La verdad es que sali del Museo impregnada de esos magnificos paisajes. Un lujo de colección al alcance de cualquier madrileño y visitante de nuestra ciudad.
      Un saludo

  8. Me ha gustado. La verdad (es una obviedad, lo sé, pero vengo de la prensa «de papel»…) es que cada día estoy más convencido de que la información tiene que volcarse en estos canales y, en breve, con una gran parte de blogueros tendremos que relacionarnos como lo hemos hecho con los periodistas convencionales, pues la suma de textos como el tuyo hace más por la imagen (en esta caso buena, afortunadamente) del Museo que muchas noticias en diarios o revistas.
    Un saludo
    José María

    • Un poco de justicia con las obras increíbles que acoge este Museo. Siempre encuentro algun cuadro nuevo que me sorprende. Un saludo

  9. Preciosa tu foto… y mejor el texto.
    Un abrazo
    María.

    • Gracias María por pasarte.
      Un saludo

  10. Extraodinaria secuencia; buen inicio con Vanvitelli.
    Saludos
    Ricardo.

  11. Me alegra que te guste.
    Un saludo

  12. Gracias por tu email y especialmente por hacerme participe de que este ciclo te ha inspirado un texto en tu blog. ¿Qué más se puede pedir?. Todas las iniciativas que sirvan para difundir el mundo de la cultura y, especialmente las actividades de los museos, son dignas de elogio. Un saludo de,

    Mar Borobia

    • Gracias a ti por tus palabras y por descubrirme los secretos de la Piazza Navona y de Vanvitelli.
      Un saludo

  13. […] las verjas y los balcones cerrados. Contrastes de luces y sombras que cautivaron los pinceles de Vanvitelli  en el diecisiete y las letras de Stendhal en el diecinueve. Cuantos siglos atrayendo mercados y […]


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