Ayer celebré mi cumpleaños rodeada de amigos y con la visita sorpresa de una compañera de pupitre. Amaneció un día estupendo, el cielo me regaló una brisa agradable. Fui a por pan y verdura y preparé gazpacho y una paella de marisco. Una tradición que instauré hace algunos años y que hace las delicias de mis invitados. La paella siempre les parece buenísima, y a mí me agrada poner un toque de nuestro Levante en la costa lusitana.
La charla animadísima, desde teoría económica a recetas naturistas, nada mejor que compartir los pequeños trucos que mejoran nuestras vidas. Siempre me sorprende el ingenio de mis amigas. A veces heredado de alguna abuela, a veces cosecha propia. Alrededor de la mesa del porche varias conversaciones. En inglés entre americanas y persas, en portugués, entre locales y españoles y en español con una gran amiga argentina, habituada ya a mí nombre que, como sabéis no es una palabra “linda” en su tierra.
El teléfono no paraba de sonar con llamadas y mensajes, de mis hermanos desperdigados entre España y América, de amigos que estaban lejos y de los virtuales que llenaron de buenos deseos mi muro. Todo un lujo. Y como colofón una larga charla con M. a través de la pantalla. Me contó que fue a celebrar mi cumpleaños a un restaurante japonés de Londres, su comida favorita. Qué buena idea celebrar como propios los aniversarios de nuestros seres queridos.
A todos mi sincera gratitud por haber llenado este día algo especial de recuerdos buenísimos. Para mí lo mejor de la vida es la amistad y el cariño de la familia.
Me alegro de que hayas tenido un cumpleaños muy feliz.
Un Abrazo Concha 🙂 .
By: joaquinsarabia on 19/07/2014
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