Scuderie dei Quirinale, 1:30. Una columna de gorros y sombrillas recorre la plaza. Nadie quiere perderse la exposición que Roma brinda a Caravaggio, venerado con fervor por los italianos desde hace cuatrocientos años. Al entrar en la sala oscura encontramos al Jóven con un cesto de frutas, su primera obra conocida, y el Cesto de frutas que le consagraron como pintor naturista. Sus higos, uvas y manzanas permanecen maduros y tiernos a través de los tiempos acercándonos a los aromas de las huertas romanas.
Cesto de frutas. Final s. XVI, principios s. XVII. 31 x 47 cm
Michelangelo Merisi da Caravaggio vivió una vida corta y tormentosa. Admirado por las gentes de su tiempo, odiado por las instituciones por su capacidad de pintar sin bocetos y sus modelos. Siempre a contra corriente, se deleitaba copiando las carnes lustrosas e imperfectas de amantes, prostitutas y bandidos con los que compartía juegos y vinos. Como en Los jugadores de cartas, donde un grupo esconde sus trampas con malicia. Aunque Caravaggio nació en Milán, su espíritu rebelde y levantisco me recuerda a los taxistas romanos que conducen al límite entre un tráfico imposible.
El pincel de Caravaggio sobrecoge. Los cuerpos resaltados con juegos de luces y sombras nos hablan desde el Barroco. No soy muy aficionada a la pintura religiosa pero los santos de Caravaggio son diferentes, hombres y mujeres que padecen y sienten. Como la joven Magdalena penitente, que llora sentada en el suelo. El maestro lombardo utiliza el color y las formas para esconder historias en cada una de sus telas. Una tragedia que nos dejara tan pocas.
Jugadores de cartas. 1595-1596. 91,5×128,2
Salimos a la plaza bajo un sol de justicia y caminamos hasta el Quirinale, el hogar del primer ministro. Me acerco a uno de los carabinieri que afrontan los rigores de la tarde embutidos en un uniforme antiguo. Me parece reconocer un rostro femenino bajo el tricornio. Otra rebeldía del presidente que recuerda a las del maestro del seicento.
Al anochecer nos dirigimos al Trastevere. Queremos probar la auténtica cocina romana en la Antica Pesa, un restaurante con historia. Obrador para los que acudían a pagar impuestos sobre el grano, cantina que acogió a las tropas de Garibaldi y restaurante desde 1922 de la mano de la nona Anita. Salchichas, fiambres, tripas, farro, una carta de vinos que parece una enciclopedia y como no, la pasta casera casi cruda. Porque a los romanos les gusta todo duro: los colchones, los pavimentos, la pasta, los bizcochos cantuccini. Terminamos con un postre de manzanas cubiertas de galletas migadas como las que deleitaban al propio Caravaggio hace cuatrocientos años.
Crumble de Manzana verde con helado de vainilla.
Caravaggio. Scuderie dei Quirinale. Roma. Hasta el 13 de junio de 2010.
Restaurante: Antica Pesa. Via Garibaldi, 18. Roma. Tel. 06. 5809236
Otra crónica muy tuya Concha!…Caravaggio no es de mis favoritos, pero reconozco cada vez que observo una de sus láminas (o fotos de sus cuadros) me impresiona por lo real que parecen, me suenan a fotos antiguas. Los rostros son bien nítidos. Esa cesta de frutas, bien parece que uno puede tomar una uva, un higo…preciosa entrada.
Un abrazo!!
By: Claudia Ibañez on 11/06/2010
at 13:20
La verdad es que nos sorprendio ver estas pinturas al natural. Impresiona el realismo y la capacidad narrativa del autor teñidas de su caracter rebelde. Una grata sorpresa. Un saludo
By: Concha Huerta on 11/06/2010
at 19:44
Vermeer, Rembrandt y Manet rendidos a sus pies.
Y su realismo psicologico lo mas preciado como esta critica que invita a saber algo mas.
Parameses
By: RAB on 11/06/2010
at 19:44
Realmente fue muy alabado en su época y su influencia adelanto el Barroco.
Un saludo
By: Concha Huerta on 11/06/2010
at 20:36
apenas me asomo a tu espacio y encuentro a Caravaggio, arte y gastronomía. Que delicia de viaje por Italia. Y ese postre se antoja. Si me lo permites te visitaré más seguido. Saludos
By: minicarver on 13/06/2010
at 0:38
Me alegran tus palabras en esta mañana de domingo. Bienvenido a mis letras. Un saludo
By: Concha Huerta on 13/06/2010
at 9:13
Aunque el bodegón es una belleza me tiran más los cuadros de Carravagio donde desarolla el tenebrismo, lo no dicho tan impactante, y donde coge de modelos gente de la calle, gente de la calle que tan habilmente introduces en tu relato, resaltando la modernidad de la pintura de Carravagio.
Un saludo,
By: annefatosme on 13/06/2010
at 11:31
Yo no conocia esta faceta revolucionaria del pintor hasta que vi esta exposición magnifica. La verdad es que ademas de dominar los pinceles su espiritu era muy moderno para su época como bien señalas. Imagino la revolucion que supuso que utilizarael cadaver de una prostitura embarazada ahogada en el Tiber para representar a la Virgen Maria. Un saludo
By: Concha Huerta on 13/06/2010
at 17:21
Una excelente crónica romana con la figura del genial y conflictivo Caravaggio de fondo. La cena en la ‘Antica Pesa’ casi la he podido saborear… Precioso viaje, Cocha… Felice Domenica!
By: Luis Irles on 13/06/2010
at 12:03
Es que Roma es una ciudad llena de encanto, cultura, paisaje, gastronomía, gentes…. Y un tiempo de verano. Un saludo
By: Concha Huerta on 13/06/2010
at 17:25
Excepcional crónica de todo cuanto ves en tu viaje a la hermosa Roma. Contigo andamos y disfrutamos desde las salas de arte, los trayectos en las vías y reponemos fuerzas con las mejores viandas.
Un besote Concha.
By: pipermenta on 13/06/2010
at 21:25
Que suerte contar con tan buenos compañeros de viaje. Un saludo
By: Concha Huerta on 13/06/2010
at 22:04