Cinturones apretados, turbinas al máximo, zumbidos in crescendo. Cierro los ojos con el corazón en un puño. Cada vez me cuesta más abandonar la tierra firme. Intento relajarme recordando las últimas imágenes de Londres. Las fachadas victorianas de Cromwell Road, la silueta bicolor del museo de Historia Natural y la blanca del Victoria & Albert. Las placas azuladas recordando el hogar donde Britten imaginó partituras inolvidables y las salas abandonados por Hitchcock en su aventura americana.
Alcanzamos la velocidad de crucero. El azul intenso se abre sobre las nubes que dibujan una orografía caprichosa. Tras las cortinas de business, un George Clooney consulta su agenda electrónica. En la pared, una pantalla con los datos del vuelo, altitud 20.000 pies, temperatura exterior, -47 º, distancia hasta destino, 650 millas. Tras un estrato alargado se abre el verde intenso del Atlántico. El sol ilumina los rostros ansiosos de playa. No me extraña. Pocos rayos bañaron este mes las Islas Británicas.
Prados, colinas, aldeas como motas blancas. Después, un caudal que se ensancha hacia el océano en Lisboa, nuestro destino. Los techos de teja se abigarran sobre las colinas pardas. Giramos sobre el puente suspenso en pilares encarnados y comenzamos el descenso. Una imagen que cumple 44 años. Pasillos, maletas, recuerdos. En la salida, me parece reconocer al George Clooney tirando de un maletín de ruedas. Me pregunto quién le esperará tras las puertas. A mí me espera la carretera hasta la costa y las tardes junto al teléfono. Un mes de sol, arenas, agua y anhelos.
Puente del 25 de Abril. Lisboa. Fotos: C. Huerta
Up in the air. Dirigida por Jason Reitman. Con George Clooney y Vera Farmiga. USA 2.009. Disponible en DVD.
Admiro esa capacidad que tienes de describir lo habitual, lo que todos observamos durante los vuelos, encerrados en un armazón metálico y de plástico que nos traslada velozmente de un lugar a otro. Al contrario que a ti, volar me relaja: desde el momento que ocupo mi asiento hasta el aterrizaje tengo la sensación de vivir en un mundo ajeno al que sobrevuelo y, no sé por qué, eso me da seguridad y me infunde una rara paz interior.
Bello relato, y bella tu vista aérea del puente lisboeta.
Un abrazo con los pies firmemente asentados en el suelo barcelonés, viendo por la ventana ese panorama caprichoso de nubes…, pero desde abajo.
By: Albert on 10/08/2010
at 11:36
Cuanto me alegra encontrar este comentario tuyo en el que compartes tus secretos. Me alegra que viajes relajado. Mis horas de vuelo me hacen estar cada vez más pendiente de los revoluciones de los motores, flaps y frenos hidraúlicos. Luego el ronroneo del crucero me envuelve en un duermevela parecido al tuyo. Un cordial saludo
By: Concha Huerta on 10/08/2010
at 15:01
Clooney não viria a Lisboa despedir ninguém…já tudo foi despedido! Quando muito procurar alguém a quem reenrolar a gravata…
Lisboa depois de Londres seria o sítio ideal para um Agosto de escritas na sombra do jardim,, almoços ao sol do Guincho, passeios na arriba ao pôr do sol, golf no fresco da manhã. Eu e o melro da tarde assim o esperamos .
By: xico on 10/08/2010
at 17:33
Espero ansiosa poder compartir una tarde con vosotros y el mirlo… saludos
By: Concha Huerta on 10/08/2010
at 18:05
Como de costumbre mi estimada Flautista, me confieso encantada por tu crónica. Volar para mí siempre ha tenido sentimientos encontrados, entre psicodélico y profundamente pragmático, la inmediatez del desplazamiento, la vista desde la ventanilla de pequeños retazos de otras realidades que suceden a la par. He volado contigo y te doy las gracias
Un abrazo
By: chrieseli on 10/08/2010
at 17:52
Sentimientos, silencios, inmovilidad forzada. Es realmente extraño esto de viajar en un autobús aéreo. Gracias por acompañarme. Un saludo
By: Concha Huerta on 10/08/2010
at 18:07
Salir, llegar, volar, planteamientos dentro y fuera de un avión. Ideas que nos sobrevuelan, instantes que quedaran en nuestra memoria repartidos a su antojo entre la realidad de seguir volando y las instantáneas que vas guardando en tu corazón. El mismo que te llevas contigo cada vez que pones rumbo a cualquier parte del planeta. El mio, vuela de tanto en tanto contigo, presa de la misma excitación o del hastío de cualquier embarque.
Felicidades Concha, consigues dejarme colgada entre tus excelentes crónicas viajeras.
By: pipermenta on 10/08/2010
at 21:47
Viajar a través de las letras a un destino desconocido. Me ha gustado mucho tu comentario. Un placer viajar en tan buena compañía. Saludos
By: Concha Huerta on 11/08/2010
at 7:44
Es un placer leer tus relatos cotidianos.
Sigue disfrutando de tus vacaciones lisboetas.
By: javi on 11/08/2010
at 11:25
Gracias por tu visita. Un saludo
By: Concha Huerta on 11/08/2010
at 13:37
Como dice Albert, tenés una atrapante forma de relatar lo cotidiano…son descripciones que pintan algo de poesía en prosa con toques de realismo quedo y pintoresco…un gusto viajar con vos Concha…que sea maravillosa tu estancia en Lisboa y esperamos tus crónicas! Un abrazo!
By: Claudia Ibañez on 11/08/2010
at 20:18
Cuanto me alegra que disfrutes de mis crónicas. Un saludo
By: Concha Huerta on 11/08/2010
at 21:10
Desde el aire todo es diferente, es una mirada especial. Sigue Lisboa? saludos
By: minicarver on 12/08/2010
at 4:05
Lisboa y la costa de Estoril Cascais y Guincho… Un saludo
By: Concha Huerta on 12/08/2010
at 8:59
«Lisboa pedía el poema mejor,
la mirada más tierna, flores, la voz,
la sangre más joven de mi corazón
Lisboa era el tiempo, Lisboa era yo.»
Gabriel Sopeña es el autor del poema «Lisboa», del que he entresacado estos versos para que te acompañen durante tu estancia en aquel maravilloso país.
Un cordial saludo.
By: Luis Irles on 12/08/2010
at 12:52
Que poesía tan hermosa. Un regalo inesperado de un amigo del otro lado del Atlántico. Muchisimas gracias.
By: Concha Huerta on 12/08/2010
at 17:59
Como veterano, se que soy el último, tampoco quiero ser el primero, porque la vida me ha enseñado mesura, a pesar que mi forma de ser es más cargado a la broma que es muy dificil de entender, pero es grato leer tu artículo lleno y repleto de belleza y alegría compartes tus viajes mostrándome esa turbina de una belleza incalculable, que envidia, no me que queda más que otorgarte la 2nda medalla en oro de honor a tu trabajo. 1923 besos el año en que yo nací.
By: sinBalas on 18/08/2010
at 5:43
Muchísimas gracias por esa medalla que otorgas a este texto que flota entre nubes. mas valiosa en cuanto mas cargada de experiencia. Un saludo
By: Concha Huerta on 18/08/2010
at 8:38