Posteado por: Concha Huerta | 09/06/2010

Desde la ciudad eterna

Teatro di Marcello, 20:30. Nos acomodamos frente a un piano elevado en una tarima. Dos jóvenes de negro ocupan sus banquetas frente al teclado. Comienzan los compases de la Danza eslava de Dvorak  a cuatro manos. Una brisa húmeda se cuela entre los arcos del teatro que soñó Julio César para cautivar a los romanos. Mi mente se eleva entre tres columnas blancas, restos del esplendor de otra época. El primer descanso desde que el domingo aterrizamos en Roma.

Teatro di Marcello. Foto: C. Huerta

La melodía del piano juega con las palabras de la guía describiendo los tiempos del imperio. La profusión de templos y edificios que rodeaban esta franja estrecha abierta al Tíber, arrasados por la ambición de destronar al teatro pompeyano, que abortaría una daga y terminaría Augusto en honor a su joven sobrino muerto. Y nosotras compartiendo música en este espacio, testigo de siglos de grandeza y decadencia que enciende recuerdos.

La alegría al cruzar las puertas de Nino, mi restaurante favorito del centro histórico. Cinco años sin disfrutar de sus pequeñas mesas teñidas de luz amarilla. Sin saborear su mozzarella perfecta, sus pastas caseras y su inigualable ternera al carbón de leña. Sonrío a la signora María que desde su mostrador controla cocina y cuentas y a Bruno que nos atiende solícito desde hace quince años. El tiempo no pasa por Nino. Porque el tiempo en Roma es algo relativo.

Restaurante Nino. Foto: C. Huerta

Dvorak da paso a Rachmaninov y la tarde se despide. Los mármoles se iluminan recortando capiteles corintios contra un cielo añil cruzado por gaviotas. Un coro natural a las notas del piano que resuenan entre las piedras ajadas del teatro. Me pregunto de donde saldrá tanta gaviota. Saco un cuaderno y anoto las palabras que se alzan con ellas.

La Rapsody in Blue de Gershwin inunda de alegría la noche romana. Como la que sentí al conocer la victoria de Rafa Nadal, nuestro Rafa.  Este chico tiene algo que no puedo describir con palabras, humildad, coraje, sencillez, afán de superación, que me hace sentirle como el hijo que no tengo. Recuerdo con orgullo los periódicos inundados con la imagen de Rafa celebrando sobre la tierra roja su nueva victoria. Las notas finales de la Rapsody in Blue se transforman en vítores milenarios consagrados a dioses y héroes como Rafa Nadal al que saludo desde la ciudad eterna.

Templo de Apollo. Foto: C. Huerta

Festival Musical de las Naciones en las noches romanas. Alkimia piano Duo.

Restaurante Nino desde 1934. Rua Borgognona, 11, Roma. Tel.: 06.67.95.676


Respuestas

  1. Maravillosa crónica que enlaza armoniosamente, música, arquitectura, puesta en escena de un restaurante, cantos de una ciudad eterna…tu crónica incluye muchas artes, como una ópera, y una vez más nos llevás con vos. Gracias Concha!. Un abrazo!

    • hay tanta vida en esta tierra antigua. La verdad es que se necesitan varias (vidas) para conocer esta ciudad eterna.
      Un saludo

  2. Muy bellas fotografias de la ciudad que nunca muere, pletórica de historia, de recuerdos y de lugares tan espectaculares que se quedan dibujados en tu corazón y tus memorias y salen de vez en cuando en sabores que se extrañan e imágenes que se evocan.
    Simplemente, magistral
    Un abrazo

    • Me gustaria poder mostrar el espiritu de la ciudad eterna. Unas pocas fotos no se si le hacen justicia pero se intenta. un saludo

  3. Música, arquitectura, un buen restaurante, Roma y deportes…Buena mezcla. Casi, casi, todas las buenas cosas de la vida.
    Un gusto Concha.

    • Un dia intenso condensado de placeres para los sentidos. Un dia cualquiera en esta ciudad magnífica. Un saludo

  4. Sensaciones, pasión, sentimiento, arte y buena música. Y el marco, inmejorable. Pasear por Roma, dejarse envolver por la magia de la ciudad, por el calor de sus habit¡tantes… y ese restaurante encantador al lado de la Piazza di Spagna.

    Hace aproximadamente cuatro años que estuve en el retaurante y disfrutando del encanto de Roma. Pronto habrá que volver.

    Un placer los recuerdos que me has despertado, Concha.

    Un abrazo.

    • Me alegra haberte despertado estos bellos recuerdos. Un saludo

  5. Concha, perdóname la expresion pero cada día tricotas mejor tus textos, un punto del revés otro del derecho, mezclando hilos transparentes, de seda, antiguos, consistentes…una maravilla. Me expreso con una metáfora para no repetir los comentarios anteriores con los cuales coincido plenamente. Que sigas disfrutando, ¡es un consejo un tanto interesado!…así de paso rememoramos Roma contigo, promulgada guía.
    Un saludo,

    • Me encanta esta metafora de tricotar los textos y me encanta que puedas disfrutar tanto de ellos. ASi viajar se disfruta el doble.
      Un saludo

  6. Hola, Concha: Mi enhorabuena por esta interesantísima bitácora y su espléndido contenido… La mayoría de los textos que he tenido ocasión leer hasta ahora son ciertamente magníficos. Volveré.
    Un cordial saludo.

    • Muchisimas gracias por tus palabras tan amables y bienvenido a mis letras. Un saludo

  7. Es verdaderamente un placer viajar, descubrir, conocer y disfrutar a través de tus palabras.
    Un cordial saludo lleno de admiración.

    • Cuanto me alegra que hayas disfrutado de este viaje que comparto con tantos amigos. Bienvenido a mi bitácora. Un cordial saludo

  8. Envidia , eso es lo q siento ! por tu facilidad para la descripcion , por tus viajes extraordinarios !
    Hey… viajera , nunca dejas de buscar.. !
    Hey viajera, perdida en el más allás !
    Gracias..

    • Gracias a ti por estos versos que traen música a mi bitácora. Un saludo


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