Hojas de periódico. Un rostro reaparece durante la semana. Un rostro gris cubierto con una boina blanca. Tras las gafas de pasta, la mirada melancólica de las tierras castellanas. La piel curtida de senderos y penas que perdió la luz una mañana de noviembre. Don Miguel Delibes. Caballero de las letras, hidalgo de valles y praderas siempre en pos de las mejores piezas, palabras sencillas y frases perfectas.
Nos dejaste veinte retales de alma repartidos por la orografía de tus recuerdos. Recostado a la sombra alargada de un ciprés, esperando a que el Mochuelo cruzara el camino tras cinco horas con Mario. Historias de la tierra, para la tierra. Sabiduría de santos inocentes en una España revuelta. Herejes, jubilados y príncipes. Profesor, cronista, paladín de la verdad que recorrió uno a uno los caminos de Castilla y de las letras.
Vecino de sus vecinos, Don Miguel escogió el lar de una casona a los brillos de la corte, la cercanía de la pluma a la quimera de honores y promesas. Aquel valle significaba mucho para Daniel, el Mochuelo. Bien mirado, significaba todo para él. En el valle había nacido y, en once años, jamás franqueó la cadena de altas montañas que lo circuían. Ni experimentó la necesidad de hacerlo siquiera. El camino de Miguel Delibes. Un hombre sencillo, aferrado a la tierra y a la familia. Un español con mayúsculas.
Observo ese rostro imponente ante la enfermedad y el destino, bendecido en su último instante por una sonrisa silenciada treinta y seis inviernos. Descansa en paz noble castellano, en el regazo de padres y ancestros, en los brazos de la novia cuyos ojos reconociste en la primera mirada. Ángeles de Castro. La mujer que con su sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir. La madre de sus siete hijos. La mujer de sus sueños y letras.
Mi último adiós Don Miguel Delibes, caballero de gris sobre el fondo rojo. Gris de nobleza y temple. Rojo de pedazos de España recogidos entre tapas satinadas. Rojo del corazón que le ensanchó la vida y ahora le sale al encuentro.
Señora de rojo sobre fondo gris. Miguel Delibes. Ed. Destino. Barcelona. 2.007.
Una despedida muy sentida a un gran escritor donde encajas habilmente obras del autor con el texto de tu relato, muy poético por cierto.
Un saludo,
By: annefatosme on 17/03/2010
at 20:28
La poesía que emana de los textos del gran maestro. Gracias por pasarte.
By: Concha Huerta on 17/03/2010
at 20:43
Muy buen recuerdo para un gran maestro Miguel Delibes.
Salut
By: micromios on 17/03/2010
at 22:13
El mejor modo de tenerle siempre presente. Saludos
By: Concha Huerta on 17/03/2010
at 22:52
Una despedida maravillosa, una vez más, gracias Concha por todo, y sobretodo, por enseñarnos a aquellos, que como yo, teníamos un poco abandonada la lectura.
Gracias a tí, a tu blog y a recrearme en su lectura, cuando mi pequeño duerme, has vuelto a despertar en mí ese interés tan bonito y tan maravilloso que tenía de pequeña, leer.
By: mamen on 17/03/2010
at 22:21
Uno de los placeres que he adquirido recientemente es el de buscar un buen libro que me haga compañia y me llene de otras vidas. Es dificil. Cuantos libros he comenzado en la esperanza de ser los elegidos y los he terminado desanimada por el tiempo perdido. Por eso, cuando encuentro alguno de los «elegidos» me lanzo a compartirlos con quienes se encuentren en mi situación y no dispongan de tiempo. Cuanto me alegro de devolverte esta afición que a mi me llena tanto y que te devuelve a tus raices. Un saludo mientras mi «pequeña» duerme.
By: Concha Huerta on 17/03/2010
at 22:56
Qué lindas y sentidas tus palabras. Qué ganas de compartir esos sentimientos con el mismo conocimiento de causa que logras de su autor.
Tú ya sabes el resto de la frase que cierra con «a mucha honra»
Saludos,
By: chrieseli on 18/03/2010
at 13:46
Recibo tus palabras con alegría. Que buenas vibraciones me transmites con cada comentario.
Un saludo
La flautista.
By: Concha Huerta on 18/03/2010
at 18:29
Pues este homenaje es casi mejor que el que tanto me gustó de Laura Campany, Concha, o me ha emocionado casi más. Precioso.
By: letrasdeagua on 22/03/2010
at 15:54
Mas que mejor o peor que otros lo que busco es trasladar sentimientos. En este caso me conforta saber que mis palabras te han emocionado.
Un saludo
By: Concha Huerta on 22/03/2010
at 16:16