Tarde de teatro, llegamos al María Guerrero a las 20.30 para ver el montaje del Centro Dramático Nacional, Jardiel, un escritor de ida y vuelta. En la primera escena aparece un Jardiel cincuentón y desilusionado ansioso por acabar una comedia para poder pagar los recibos. En un momento aparece Eloísa, que harta de estar “bajo el almendro” y de no aparecer en su famosa comedia le pide que le escriba una precuela.
Del diálogo surge una pregunta. ¿Se puede estar enamorado de un espectro? Y esta será la premisa de Un marido de ida y vuelta, otra comedia genial y alocada en la que el ingenio surrealista de Jardiel brilla entre disfraces, maridos abrumados, lámparas que se encienden solas y hasta un especialista en disfraces que no sabe nada de disfraces pero que quiere un puesto en la compañía de seguros del protagonista.
“Pero si no sabe nada de seguros”, comenta una amiga, “Si, pero tampoco sabe nada de disfraces”, contesta la protagonista en uno de los diálogos más delirantes de esta comedia fantástica que nos arrancan carcajadas contínuas. Qué obra tan divertida.
El reparto estupendo. Lucía Quintana borda la esposa frívola descabezada, Jacobo Dicenta como Pepe el marido y futuro espectro. Paco Ochoa muy divertido como el tercero en discordia, con un cierto aire a Hugh Laurie. Sobresalientes Felipe Andrés, como el alocado Filacio y Paco Deniz, el mayordomo perfecto. Y que no falte la dama excéntrica, interpretada por la nieta del autor, todo un lujo.
Entre actos algunos monólogos sobre la vida del autor que sirven para dar el contrapunto a esta comedia tantas veces plagiada en el extranjero, hasta por el mismísimo Noel Coward. No me extraña. Jardiel Poncela era un genio. Y desde luego uno de mis autores favoritos. Una buena apuesta para quien quiera disfrutar de una sesión de carcajadas seguras.
Jardiel, un escritor de ida y vuelta. A partir de la obra de Enrique Jardiel Poncela. Versión y dirección, Ernesto Caballero. Teatro María Guerrero. Hasta el 12 de febrero de 2017.
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