Quería recomendaros la última obra que hemos visto en Londres. Para celebrar el centenario del Levantamiento de Pascua de 1916, El National Theatre ha puesto en escena una nueva versión de la épica El arado y las estrellas (The Plough and the Stars), la obra más famosa del dramaturgo irlandés Sean O’Casey.
Estrenada en 1926, el título de El arado y las estrellas se refiere a la bandera del Ejército Ciudadano Irlandés (Irish Citizen Army), una milicia obrera fundada por el líder sindicalista y socialista James Connolly, que simboliza una Irlanda libre capaz de controlar su propio destino “desde el arado a las estrellas”.
La maestría de O’Casey está en el tratamiento de la trama. Captura perfectamente las contradicciones de las gentes que viven en la periferia de la historia. Mientras la rebelión se va cuajando a media milla de su edificio, un grupo disparatado de vecinos intenta continuar con sus vidas en una inteligente metáfora sobre la propia historia de Irlanda.
Lo primero que impresiona es la monumental puesta en escena. Soberbios decorados se transforman en humildes hogares, calles y bares donde transcurre la vida de una docena de personajes a veces egoístas, a veces cómicos, que al final se unirán por la tragedia.
El arado y las estrellas es una obra de mujeres. Judith Roddy borda a la esposa obsesionada con un marido más interesado en los ideales de la revolución que en la pasión marital. Estupenda Josie Walker como madre consumida por la muerte de su marido y la enfermedad de su hija, y sobresaliente Justine Mitchell como vecina amargada que termina dando la vida por la vecina más odiada.
Los personajes masculinos, un puñado de excéntricos que luchan por sobrevivir entre las penurias de la pobreza y las balas. Lloyd Hutchinson como el orgulloso tío de Nora, Stephen Kennedy como el explosivo Fluther y Tom Vaughan-Lawlor como el sobrino marxista, completan un trío esperpéntico que bien podría salir de una novela de Valle Inclán.
Aunque al principio me costó entrar en la obra, quizá por la dificultad del acento irlandés, a partir de la segunda escena me sentí completamente arrastrada a las calles del Dublín de 1916, a las tensiones y miedos de una época de revueltas sobre las que más tarde se edificará nuestra sociedad moderna.
The Plough and the Stars de Sean O’Casey. (1926). Dirección Howard Davies y Jeremy Herrin. National Theatre de Londres. Sala Lyttelton. Hasta el 22 de octubre de 2016.
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