Concha Huerta – Arte y cultura

Después de una semana frenética de gestiones y traslados, decidimos tomarnos un descanso en una de las butacas del West End de Londres. Escogemos Death of a Salesman (Muerte de un Viajante) en el Noël Coward Theatre, el clásico de Arthur Miller,  con que la Royal Shakespeare Company celebra el centenario de su nacimiento. Todo un lujo.

Muerte de un Viajante es probablemente la mejor tragedia americana jamás escrita. En la tierra de la libertad, cada hombre es responsable de su destino. Willy Loman lo sabe y vive con ese único objetivo. Después de una vida dedicada al trabajo  y a punto de ganarse un buen retiro para poder al fin disfrutar de su fiel esposa y sus dos hijos, la adversidad quiebra sus esperanzas. Willy Loman tendrá que luchar con sus últimas fuerzas para reconciliar el sueño americano con la cruda realidad de su vida.

Magnífica producción, con un único decorado que traslada en un instante al Brooklyn profundo de los cuarenta. Magnifica dirección de Gregory Doran, que capta la esencia del este gran drama americano. Magníficos actores. Sir Antony Sher como Willi Loman convence en uno de los personajes más intensos de Miller. Estupendos los secundarios Alex Hassell como el inseguro Biff y Sam Marks como el hijo pequeño de Loman. Pero es la interpretación de Harriet Walter como la abnegada y fiel Linda la que sobresale en esta magnífica producción de la RSC. Una obra indispensable que recomiendo a los amantes del teatro que tengan la oportunidad de visitar Londres hasta julio.

Alex Hassel, Harriet Walter, Anthony Sher y Sam Marks.

Death of a Salesman. (Muerte de un viajante) de Arthur Miller. 1949. Noël Coward Theatre. Londres.  Hasta el 18 de julio de 2015.