Madrid, Puerta Atocha. Tres horas y media después llegamos al casco antiguo de la capital Navarra. La tarde soleada. Dejamos las maletas en el Hotel Guendulain, palacio señorial del XVIII donde compartimos patio con una espectacular colección de carrozas de época. Nos perdemos por las callejuelas del casco antiguo, con sus escaparates atiborrados de velas naturales, hojaldres y frutas de la huerta.
Primera parada, El ayuntamiento, desde cuyo balcón cada julio se lanza el famoso chupinazo que marca el inicio de Los Sanfermines, en el cruce de los tres burgos que constituyen Pamplona, (Navarrería, San Saturnino y San Nicolás) unificados en 1423 por Carlos III. Bajamos por la Estafeta hasta la Plaza de toros a paso ligero. No tan ligero como el de los miles de mozos que la recorren de blanco entre astas de toros bravos. De blanco y pañuelo rojo, que representa el martirio de San Fermín y sólo se anuda al cuello mientras duran las fiestas. En la Plaza encontramos el coso inundado de marisco gallego, una feria regional se celebra estos días.
De vuelta nos desviamos al este hasta la catedral de Santa María la Real. Tras la magnífica fachada de Ventura Rodríguez, el templo gótico que data del s XIV y XV. La nave central de casi 30 m de altura iluminada por sobrias vidrieras guarda el sueño de Carlos III y la reina Leonor. En el altar, la talla románica revestida en plata de la virgen, junto al claustro, joya de la catedral que bien merece una visita. Volvemos al centro.
En el hotel La Perla, donde se hospedaba Hemingway, recogemos a unos amigos y decidimos irnos de “chiquiteo”, costumbre pamplonica de discutir de cualquier cosa y probar pintxos en las tascas del casco antiguo. Como los componentes de mi cuadrilla están algo cansados para discutir nos centramos en las tapas. Montados de chistorra, ventresca con tomate y cebolla, huevos estrellados, croquetas de balao, fritos de pimiento y hasta croquetas de chocolate. Mil y una delicias regadas con cañas y sidra. El mejor broche para nuestro primer día en Pamplona.
Frente al Ayuntamiento de Pamplona
Carroza del Palacio Guendulain
Plaza de toros de Pamplona
Claustro de la catedral de Pamplona.
La Olla. Pamplona
Qué bien qué describes tus paseos y tienes también una fina estampa, que resalta cualquier foto.
Con mucho gusto, te sigo como siempre.
By: Stella on 07/10/2014
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