Llevo unos días en una nube de analgésicos. Las mañanas se funden con las tardes entre fiebres y mareos. Por la noche 38º, por la mañana 35º. No tengo fuerzas ni para coger un libro. Cuando consigo levantarme intento arreglar un poco la casa, aparezco en el comedor y no recuerdo para que he ido. Es como si mi cuerpo y mi mente estuvieran desconectados. Un verdadero fastidio. Y todo debido a un virus que algún desalmado me regaló la semana pasada. La gente cuando tiene gripe no debería de salir de casa.
Tampoco puedo escribir. Me cuesta concentrarme. Tan pronto pienso en un cuadro como en una película. Es como si mis neuronas estuvieran embotadas. Demasiado ocupadas en batallas con virus escondidos entre los pulmones y la garganta. Os dejo que me voy a preparar un té con miel y limón, el remedio infalible de la abuela y tengo que concentrarme. Ayer deje caer un tarro de miel sobre los baldosines de la cocina y tardé media hora en recogerlo. Así que solo quería enviaros un saludo y desearos que no os peguen esta gripe fantástica. Y perdonar por las faltas.
Cuídate mucho y no olvides que no hay mal que cien años dure.
Un Abrazo Concha 😦 .
By: joaquinsarabia on 19/02/2014
at 12:17