Concha Huerta – Arte y cultura

-Ayer fuimos a la exposición de Dalí en el Reina Sofía.

– ¿Tuvisteis que esperar mucho? Cuando fui en mayo estaba llenísima.

-Ya teníamos entradas. Es impresionante. Nunca había visto tantos cuadros de Dalí en el mismo sitio.

-Y no sólo cuadros. También había esculturas, instalaciones y videos. Impresiona ver a Dalí en las entrevistas. Y el banquete surrealista que preparó para sus amigos de Hollywood. Qué divertido. Aunque algunos son bastante morbosos. Siempre obsesionado con el sexo, el tiempo y la muerte.

-Era todo un personaje. Actor, escritor y artista.

-Y un genio. Solo un genio es capaz de generar tanta polémica. Desde luego renovó las teorías del surrealismo.

-A mí me gustan más su primera época. La delicadeza de sus trazos. La muchacha en la ventana es fantástica. Esos tonos azules y grises que envuelven el cielo y el mar al fondo denotan una sensibilidad increíble.

-Pues a mí me llama mucho la atención su etapa mística. Los escorzos que pintó de Cristo impresionan. Con ese cuerpo tan musculado y perfecto. Parece una utopía de su propio cuerpo. Como si el mismo tuviera que morir para renacer a la nueva corriente del surrealismo.

-Lo mejor de Dalí son los sueños. Los cuadros poblados de relojes derretidos y criaturas extrañas. La inquietud de las pesadillas que al quedar congeladas en una imagen se cargan de símbolos.  Es el maestro del lenguaje onírico. En lienzos y en el cine. Aquella escena de Recuerda de Hitchcock en que Gregory Peck describe su sueño recurrente es antológica.

-Hay Dalí para todos los gustos y las 200 obras de la exposición que presenta el Museo Reina Sofía son un lujo. La primera gran retrospectiva en 80 años. Me alegra que hayáis podido visitarla.

Dalí. Muchacha en la ventana. 1925

Dalí. La Ascensión de Cristo. 1958

Dalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas. Museo Reina Sofía. Madrid. Hasta el 2 de septiembre de 2013.