Ayer me levante agotada. Pase la noche dando vueltas, abriendo y cerrando la ventana. Un calor veraniego sorprendió a Madrid tras semanas de lluvia. Concilie el sueño a las cinco y media con el arrullo del mar que utilizo cuando el insomnio me desvela. Nada más relajante que escuchar la cadencia de las aguas bendiciendo las arenas.
Por la mañana listas y carreras. Uno de los taxis me sorprendió con los sonidos de una flauta sobre cuerdas. Una melodía New Age que trasladaba a un centro de meditación o un spa en medio de la Metropoli. Con este tráfico demencial con tanta huelga tengo que relajarme. Me explicó el joven al volante. Le di la enhorabuena. Todos podemos encontrar nuestro propio paraíso con un poco de imaginación y buenos recuerdos.
Sunny Island. Miami. Foto: C. Huerta
Es verdad, para encontrar el paraíso no hace falta recorrer miles de kilómetros, ni siquiera hace falta que nos desplacemos, basta como bien dices, con echar mano de los recuerdos rodeados de nuestra añoranza en la soledad de nuestra intimidad.
Bello vídeo musical.
Un Abrazo 🙂 .
By: joaquinsarabia on 19/04/2013
at 14:55
Todo es cuestión de abrir la puerta y llenarse de sonidos de gaviotas y el vuelo magistral del pelicano. bello texto querida amiga beso Rub
By: rubengarcia on 19/04/2013
at 22:01