Oscuridad y silencio. La Marginal horadada en un túnel de silencio bajo un cielo sin luna. Abro la ventanilla para liberar los cristales empañados de incertidumbre. A la izquierda un pozo sin fondo de mareas. Me parece escuchar el quejido inamovible de cien mil almas atrapadas en la espuma. Un quejido que encoge el alma. El aire se inunda de salitre y se diluye en el paladar que se enciende con las esencias marinas del Tavares.
Abandonamos la lluvia de Cascáis y nos encontrarnos con la familia lusa en este espacio rescatado al Chiado, corazón de Lisboa, por la nueva cocina del Chef Jose Avilez. Las puertas de nogal del Tavares enmarcan la rúa de la Misericordia desde hace doscientos años y sus paredes doradas y espejos venecianos los momentos más relevantes de la historia de Portugal. Eça de Queiroz, Guerra Junqueiro, Ramalho Ortigao entre las mesas que ahora ocupamos. Un privilegio.
Murmullos de promesas, saludos y acuerdos vuelven al restaurante más antiguo de Portugal entre platos helicoidales que destilan aromas del mar y del campo. La imaginación de José Avilez redefiniendo sabores y texturas de la tradición lusa. Perfeccionista y osado, Avilez se hizo cargo de los fogones del Tavares hace dos años logrando con su intuición y saber hacer liderar la cocina de su tierra.
Escojo una ensalada de verduritas y pétalos en su justa medida y una lubina cocinada a baja temperatura que se deshace en el paladar entre vestigios de ondas marinas. Probablemente la mejor lubina que haya probado nunca. Pregunto a José Avilez su secreto. Sellada al vacío, veinte minutos al baño María, a 54 grados, con el «agua de mar” de cocer las algas y bivalvos que la acompañan. Elaborada siguiendo los mandamientos culinarios de este joven chef formado con Ferrán Adrià y Alain Ducasse. Supremacía del sabor, técnica al servicio del producto más fresco y actualización de la tradición portuguesa. Un milagro de la culinaria moderna.
Cenar en Tavares es un ritual. La presentación y los vinos nos trasladan a las mesas de París o Londres. El salón reluce como la estrella Michelin que recibió en noviembre. Cada plato requiere su tiempo, un tiempo que rescata el sosiego de las tertulias decimonónicas y permite compartir una buena mesa. Nosotras tuvimos suerte. Llenamos el paladar de nuevos sabores y el corazón de palabras de quien más nos admira y quiere. Todo un lujo.
Restaurante Tavares. Rúa de la Misericordia nº 35. 1200-270 Lisboa. Tel. +351 21 3421112
Has descrito tan bien el menú que la boca se me hace agua. Cuando vaya a Portugal iré a Tavares.
Anne dixit
By: annefatosme on 16/01/2010
at 23:52
Ha sido toda una sorpresa encontar esta casa de comidas exquisita y delicada en el coraón de Lisboa.
By: Concha Huerta on 17/01/2010
at 13:31
Naquela noite o Tavares teve duas estrelas. Ele e Nós .
By: xico on 18/01/2010
at 12:27
Y su recuerdo aun resplandece en nuestras almas.
By: Concha Huerta on 18/01/2010
at 22:27
[…] Estrelas no Tavares (Post traducido por Xico. N. F. del español Estrellas en Tavares) […]
By: Estrelas no Tavares « Concha Huerta – Arte y cultura on 19/08/2010
at 17:19
[…] This post was mentioned on Twitter by Concha Huerta, Concha Huerta. Concha Huerta said: José Avilez entre los Cien cocineros de 10 reseñados en El Pais. http://wp.me/swJx2-tavares […]
By: Tweets that mention Estrellas en Tavares « Concha Huerta – Arte y cultura -- Topsy.com on 20/11/2010
at 12:22