Llegamos a Miami atrapada entre tornados y tormentas. Tras una hora sobrevolando el aeropuerto nos desvían al norte y aterrizamos en West Palm Beach donde esperamos tres horas a dos coches de bomberos para poder repostar y volver a Miami, sin poder movernos de nuestros asientos. Nueve horas de vuelo transformadas en quince, una odisea.
El retraso nos ayuda con el desfase horario, llegamos a nuestro hotel en Aventura a las once, el nombre perfecto. Una ducha y a la cama. Dormimos de un tirón nueve horas. Por la mañana las nubes se van despejando. Un desayuno frugal y al campo de prácticas. El hotel cuenta con dos campos rescatados a manglares y pantanos por Donal Soffer, un visionario que en 1967 imagino este paraíso para los amantes del golf. Dios le bendiga.
Tras el juego, un paseo por Sunny Islands donde el Atlántico se transmuta en Caribe. La playa de arenas blanquísimas. Las aguas turquesas sobre arenales templadas nada que ver con las temperaturas del Atlántico en la costa europea. Frente a nuestro toldo dos pelícanos picotean presas en las orillas. Se le suman gaviotas y cormoranes. Un verdadero documental de naturaleza. Risas y juegos y familias disfrutando de un día extra de descanso. Memorial Day, el día en que en los americanos recuerda a sus caídos.
Este mundo tiene tantos matices en sus paisajes y colores que nunca tendremos tiempo para descubrirlo en su totalidad, nuestra vida es tan corta……….
Un Abrazo Concha 🙂 .
By: joaquinsarabia on 26/05/2014
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