Hoy me levanté con el pie izquierdo. El frasco de colonia estalló en mil pedazos en los baldosines del baño. El olor me dio nauseas. No pude ni terminar las tostadas. El teléfono sonando con anuncios y ofertas. A quién se le ocurre llamar a las ocho y media. Y para colmo no pude abrir la maleta. Olvidé la contraseña y tengo el tiempo justo para terminarla cuando vuelva. El dentista me hizo esperar en la puerta tras cuatro pacientes envueltos en bufandas. Intenté leer para distraerme. Un libro olvidado en el bolso en mi último viaje.
A los cinco minutos desaparecieron las voces y el frio. Esperaba que el guarda revisara mi bolso antes de mi cita semanal con el bueno de Sally. Vestido negro y collar de perlas. Siempre llevo a Sing Sing mi mejor outfit. Esta mañana me costó arreglarme. No encontraba los guantes entre las maletas y el gato. Tampoco recordaba la fiesta. Ni las copas de Rusty, demasiadas. Recuerdo que me escabullí por la escalera hasta la ventana del vecino, es pobre chico encerrado frente a una máquina. Tan listo y tan entregado a cada una de mis palabras. No se enamore nunca de un animal salvaje. Ese fue el error de Doc. Siempre se llevaba a su casa seres salvajes… Es mejor quedarse mirando al cielo que vivir allá arriba. Es un sitio tremendamente vacío. No es más que el país por donde corre el trueno y todo desaparece.
Observo mi reflejo en el ascensor y descubro el rostro de Holliday Golightly, viajera, la Holly de Truman Capote. Los ojos grandes, un poco azules, otro poco verdes, salpicados de motas pardas. El cabello recogido en un moño alto. Las facciones luminosas y vivaces de una Audrey Hepburn de veinte años. Siento un mareo y un dolor extraño en el estomago. La resaca de anoche sin duda. El heredero perdido. Las cartas de Fred que no llegan. Y me doy cuenta de que me ha vuelto la malea.
Lo mejor será tomar un taxi e ir a Tiffany´s. Me calma de golpe ese silencio, esa atmósfera tan arrogante; en un sitio así no podría ocurrirte nada malo, sería imposible, en medio de todos esos hombres con trajes tan elegantes y ese encantador aroma a plata y billetero de cocodrilo. Si encontrase un lugar de la vida real en donde me sintiera como me siento en Tiffany’s, me compraría unos cuantos muebles y le pondría nombre al gato. (Truman Capote. Desayuno en Tiffany’s)
Desayuno en Tiffany’s. Truman Capote. Edición 50 aniversario. Anagrama. Barcelona 2010. 153 págs.
Breackfast at Tiffany’s dirigida por Blake Edwards. Con Audrey Hepburn y George Peppard. USA 1961
Descubría Truman Capote tarde y gracias a la peli que protagonizó Phillip Seymour Hoffman. Ahora estoy en deuda con Desayuno en Tiffany’s. Un deber más en mi lista, gracias a ud mi estimada Flautista.
Un abrazo calentito, desde este lado del planeta.
By: chrieseli on 03/12/2010
at 16:02
Creo que es uno de los mejores relatos de Capote que he leido. Ay si yo pudiera construir algun personaje como esa Holly. Muy muy recomendable. Saludos
By: Concha Huerta on 03/12/2010
at 16:05
Amiga que buena lectura recomiendas. Lo sé no porque haya leido la novela, pero si al autor, de él ahora que viene la navidad…
http://teecuento.wordpress.com/2009/08/13/una-navidad-truman-capote/
siempre nos das algo, cuando llegamos a tu página.
un abrazo gigante
Rub
By: rubengarcia on 03/12/2010
at 23:20
Gracias por compartir tus anécdotas. Un saludo
By: Concha Huerta on 04/12/2010
at 12:58
Excelente homenaje, y merecido, a una obra, un autor y una película que sin duda marcaron un hito importante en su momento, y que conserva toda su frescura. Unas palabras escogidas y magistrales, Concha. Gracias.
Un abrazo.
By: Ernesto on 04/12/2010
at 18:13
Y que agradable escuchar esa balada en un día de frío y lluvia. Gracias por pasarte.
By: Concha Huerta on 04/12/2010
at 20:16
Es muy agradable recordar esta maravillosa película. Audrey es una gran actriz. Digo es, en presente, porque los mitos no tienen edad. Son eternos. Gracias Concha por recordárnosla.
Charo
By: RAB on 04/12/2010
at 20:21
ES curioso como las imágenes siguen tan vivas como cuando las vi la primera vez y eso que eran de antes de que yo naciera… Saludos
By: Concha Huerta on 05/12/2010
at 12:52
Excelente. Que gran pelicula y que hermosa Audrey Hepburn. Los gatos, los collares de perlas y ese vestido negro tan famoso, forman parte de la particular iconografia de «Desayuno en Tiffany’s». Gran Truman.
Un beso
By: Javier Revolo on 05/12/2010
at 1:01
La Hepburn puso la imagen pero el personaje inolvidable fue fruto de la imaginación creadora de Truman Capote. Quiza su mejor personaje… Saludos
By: Concha Huerta on 05/12/2010
at 12:53
Un buen correlato entre la situación que envuelve a la narradora y los extractos que has elegido del libro del libro de Capote, uno de mis libros preferidos. Lo he leido varias veces y siempre es un descubrimiento.
Un abrazo,
By: annefatosme on 05/12/2010
at 10:29
A mi me ocurre lo mismo. cada lectura del relato disfruto más con cada detalle. La voz de un narrador secretamente enamorado de la joven Lulamae que se desarraigo para olvidar su pasado. Ese gato sin nombre independiente como ella del que se siente incapaz de abandonarlo. Un saludo.
By: Concha Huerta on 05/12/2010
at 12:56
Hola Concha. Me encanta Truman Capote. No he leído esa novela, pero sí vi la película (hermosa como Audrey). Soy fan de los cuentos de Capote. Sus personajes tienen una estrella particular, un brillo tan propio que uno puede volver a emocionarse con cada relectura. Uno de mis favoritos es ‘Profesor Miseria’. ¡Saludos!
By: blopas on 06/12/2010
at 14:55
Capote es un maestro del relato breve. Y concuerdo contigo que construye unos personajes inolvidables. Te recomiendo el libro. Es mucho mejor que la película… Un saludo
By: Concha Huerta on 06/12/2010
at 18:55
Una de las obras maestras, para mí, de la música es Moon River. Es un tema que aguanta todo. Versiones corales, instrumentales y de cualquier combinación que quieras hacer tanto instrumentos solistas como cualquier obra formación. Creo que ha contribuido a que la película fuera inolvidable.
Henry Mancini se lució, junto a otra obra maestra, como es la música de la pantera rosa.
Saludos.
By: Paco on 10/12/2010
at 15:13
Ver a Audrey Hepburn cantando en la ventana me arranca siempre las lágrimas. Un acierto de esta película mítica. Un saludo
By: Concha Huerta on 10/12/2010
at 16:35
Y Moon River sonando, sonando, sonando…
By: Pablo Saldaña on 17/12/2010
at 11:08
Hoy perdimos al director de esta gran película. Blake Eduards se nos fue pero nos lego estas imágenes inolvidables. Un saludo a donde quiera que fuiste.
By: Concha Huerta on 17/12/2010
at 11:12
Fantásticooo Concha! siempre he querido recopilar cuentos o historias contadas de esta manera, basadas en películas clásicas pero la verdad, me resulta un tanto complicado.
Lo leo, y veo las secuencias de mi post…imágenes inéditas que quedarán grabadas en la historia del cine de oro, y sobre todo en la filmografía de Audrey Hepburn y Peppard. Me han encantado, y me hace especial ilusión encontrar post semejantes a mi estilo ….sobre cine y películas…que ya es difícil…
Un grandísimo director para una gran película llena de ternura y mucho sentimiento…lástima que nos haya dejado…
Te mando un beso dorado…los mios son así jeje…
Te enlazo y así estamos más cerquita vale?
By: ♥ ♣ ֱֲֵֶֻєρσ¢ค ∂σяค∂ค ֱֲֵֶֻ♣ ♥ on 11/04/2011
at 11:41
Gracias por tu entusiasmo. La verdad es que me encanto encontrar tu blog donde desde luego compartimos el amor por el cine clásico. Yo también te enlazo. Un saludo
By: Concha Huerta on 11/04/2011
at 14:10
[…] La Holly de Capote. Capote se basó en diferentes mujeres para la creación de Holly Golightly. Amistades de su círculo como Gloria Vandervilt, Oona Chaplin o la escritora Maeve Brennan se vieron reflejadas en el personaje. Muchas son las similitudes entre Holly y su propia madre, Nina Capote. Las dos se cambiaron el nombre cuando se trasladan a NY en busca de fortuna. Holly era Lula Mae Barnes, Nina Capote, Lillie Mae Faulk. Ambas se casaron adolescentes y abandonaron a la familia para construirse una nueva identidad que encajara en los círculos exclusivos de Manhattan. Alguno de los biógrafos del propio Capote encuentran similitudes en su carácter con el de Holly. Un espíritu ambivalente que recreo en 50 años desayunando en Tiffany’s y Desayuno en Tiffany’s […]
By: Club de Cultura: Desayuno en Tiffany’s « Concha Huerta – Arte y cultura on 23/01/2012
at 11:05